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Iquitos, capital del federalismo en 1896: ¿Qué pasó realmente?

EstadoFederalDeLoreto

A finales del siglo XIX, Iquitos era una ciudad en auge, impulsada por el comercio del caucho y su estratégica ubicación en el corazón de la Amazonía peruana. Sin embargo, en 1896, este crecimiento trajo consigo un fuerte sentimiento de autonomía que llevó a la proclamación de un Estado Federal de Loreto, un episodio que desafió el poder central del Perú y que hoy sigue siendo una de las historias más fascinantes de la región.

La idea de un Loreto federal no surgió de la nada. Desde décadas atrás, la Amazonía peruana había sido relegada en la política nacional. Su aislamiento geográfico, la falta de infraestructura y la escasa presencia del gobierno limeño hicieron que la población loretana se sintiera olvidada. Mientras Lima imponía decisiones sin considerar las necesidades locales, en Iquitos se forjaba un fuerte sentimiento regionalista.

En este contexto, el 2 de mayo de 1896, un grupo de dirigentes liderados por Ricardo Seminario y Aramburú proclamó la creación del Estado Federal de Loreto. El movimiento fue respaldado por comerciantes, políticos y ciudadanos que veían en esta propuesta la oportunidad de gestionar los recursos de la Amazonía sin depender de Lima. Para ellos, la riqueza generada por el caucho debía quedarse en la región y no ser explotada exclusivamente para el beneficio de la costa.

La proclamación del Estado Federal de Loreto establecía un gobierno autónomo con sede en Iquitos, bajo el argumento de que la región amazónica tenía derecho a autogestionarse. Se creó un gabinete provisional y se redactaron decretos en los que se desconocía la autoridad del gobierno central. Por primera vez, Iquitos no solo era el centro económico de la selva, sino también el núcleo de un movimiento político que ponía en jaque la unidad del país.

El gobierno peruano no tardó en reaccionar. La idea de un Loreto independiente o semiautónomo era impensable para Lima, que veía este movimiento como una amenaza a la estabilidad nacional. En cuestión de meses, el Ejército Peruano fue enviado a la región para sofocar el levantamiento. Sin un ejército organizado ni apoyo suficiente de otras regiones del país, los líderes del federalismo fueron rápidamente neutralizados. La autonomía loretana no se concretó y, en poco tiempo, Iquitos volvió a estar bajo el control del gobierno central.

Este episodio dejó una huella profunda en la historia de la Amazonía. Si bien el federalismo fue aplastado, la lucha por una mayor autonomía y reconocimiento de la región no desapareció. Décadas después, el centralismo limeño siguió siendo un problema, y los reclamos por una gestión más equitativa de los recursos naturales amazónicos continuaron.

Hoy, la historia del Estado Federal de Loreto es recordada como un intento audaz de cambiar el destino de la Amazonía peruana. Aunque fracasó, demostró que Iquitos siempre ha sido una ciudad con una identidad fuerte, dispuesta a desafiar el poder central cuando se siente marginada.

 

Este episodio sigue generando debate: ¿Fue un acto visionario o una rebelión sin fundamentos? ¿Habría prosperado Loreto como un estado federal? Lo cierto es que en 1896, Iquitos no solo fue la capital de la Amazonía, sino el epicentro de una de las historias de independencia más intrigantes del Perú.

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