En el siglo XVIII, la ciudad de Iquitos comenzó como una pequeña reducción misional en una elevación cerca del río Itaya, que desembocaba en el río Nanay y luego en el Amazonas. Con el tiempo, el río Amazonas erosionó la lengua de tierra entre el Itaya y el Nanay, colocando a Iquitos en el Amazonas. Sin embargo, en tiempos recientes, el río cambió de curso y Iquitos volvió a ser bañada por las aguas del Itaya.
Durante el siglo XIX, Iquitos fue el escenario de una gran transformación que atrajo a aventureros peruanos y extranjeros y que ayudaron a formar la sociedad pujante que hoy en día existe en la ciudad. En aquel entonces, la única forma de conexión con el mundo exterior era a través de barcos y canoas. Fue a principios del siglo XX cuando Iquitos tuvo instalaciones portuarias propias.
La historia de Iquitos se remonta al siglo XVI, cuando los españoles exploraron la selva amazónica y los jesuitas y franciscanos intentaron convertir a los pueblos que allí habitaban. Los jesuitas fundaron misiones a lo largo del Amazonas, pero finalmente fueron expulsados de las posesiones españolas en 1767. Francisco Requena, un ingeniero militar, detuvo el avance de los portugueses por el Amazonas mientras gobernaba Maynas desde 1778 hasta 1794.
En 1729, los jesuitas fundaron cuatro pueblos en la región donde hoy se encuentra la ciudad de Iquitos, con la finalidad de enseñar a los indígenas acerca de Dios. Pero después de veinte años, los jesuitas tuvieron que mover el pueblo de San Pablo Apóstol a donde ahora está la ciudad de Iquitos debido a enfermedades que afectaron a las personas que vivían allí.
Después de la Independencia en 1825, la pequeña localidad comenzó a recibir visitas de extranjeros. En 1836, el padre Mariano de Jesús fue nombrado párroco de Iquitos y en los años siguientes, varias familias procedentes del alto Marañón llegaron a la ciudad.
Para principios de 1847, el viajero francés Paul Marcoy llegó a Iquitos y encontró un pequeño pueblo con unas treinta y tres casas y unas doscientas cincuenta personas, incluyendo algunas familias blancas y mestizas. En 1861, el gobierno peruano decidió ayudar a Nauta y a Iquitos construyendo un astillero y otros edificios importantes para apoyar el desarrollo de la región.
Fue en 1863 cuando la fragata Arica zarpa de Londres con un gran propósito: llevar consigo piezas para armar los vapores pequeños y el dique flotante a Iquitos. La llegada de la fragata Arica, con su carga preciosa, fue el inicio de una nueva era para la pequeña localidad, que se convirtió en una ciudad pujante y próspera gracias a la llegada de los vapores, marinos y técnicos que impulsaron su desarrollo. La transformación de Iquitos fue emocionante y hoy en día la ciudad es un lugar vibrante y emocionante que sigue atrayendo a aventureros y viajeros de todo el mundo.
En los años 1860, el contralmirante John Randolph Tucker se asentó en Iquitos junto con un grupo de confederados norteamericanos y el joven alférez de fragata Leoncio Prado. Con apoyo de la Armada, exploraron los ríos de la Amazonía peruana. En 1872, la población de Iquitos alcanzaba las tres mil personas, formando un grupo humano diverso que incluía mestizos, gente de diferentes nacionalidades, negros y chinos. A pesar de las calamidades como el incendio en 1872 y una epidemia de viruela en 1873, la comunidad encontró formas de socializar, siendo las fiestas y las expresiones artísticas las más evidentes. Uno de los eventos musicales más importantes de esos años fue un concierto en beneficio del movimiento independentista cubano en 1874. A la ciudad llegaban visitantes excéntricos, como una partida de "comunistas" franceses refugiados del levantamiento de París de 1870 y hombres de ciencia como los norteamericanos Joseph Steere y James Orton.
La era del Caucho:
Iquitos es una ciudad importante que está en la selva de Perú. Desde hace mucho tiempo, la ciudad ha crecido gracias al comercio de tabaco, zarzaparrilla, pescado salado y caucho. Para ayudar en estos comercios, los ríos Morona y Pastaza fueron utilizados para viajar desde Yurimaguas hasta Tabatinga, Brasil. En 1867, Brasil permitió la navegación libre por el río Amazonas y el Perú hizo lo mismo dos años después. Esto permitió a las personas viajar en barco desde Tabatinga hasta Manaos y Belém do Pará. En la década de 1870, la ciudad de Iquitos tuvo problemas financieros y tuvo que pedir dinero prestado a los comerciantes para mantener los barcos funcionando. En 1877, se formó la Compañía Peruana de Navegación para ayudar a mantener los barcos en funcionamiento. Durante la Guerra del Pacífico, Iquitos tuvo que tomar medidas importantes para mantenerse conectada con el resto de Perú, como la creación de una aduana y permitir que los barcos extranjeros pudieran hacer negocios en los puertos peruanos del Amazonas. La actividad económica en la ciudad creció mucho y la navegación fluvial se volvió muy importante.
Imagen, resumen y adaptación del libro: Iquitos, primera edición 2014, Telefónica.
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